Temporada de protestas "primavera-invierno" 2018


Temporada de protestas "primavera-invierno" 2018

El acontecer político de nuestro país es el tema de bares, juntas familiares y aulas de clase, pero, la pregunta necesaria es: ¿Cómo proceder? No podemos sentarnos y pretender que los problemas sociales se resuelvan solos, o que otros se ocupen de esta situación, o que llegue la siguiente fiebre de manifestaciones para intentar tomar al toro por los cuernos. Es preciso desacomodarse, y empezar a actuar, ser protagonista. Quejarse no es una solución, evitar la confrontación no es una vía para el cambio, ignorar no es una propuesta, la lucha por una mejor patria no es una cuestión de modas sino de descontento generalizado.
Ante un problema la única respuesta valiente y honesta es la lucha, la cual nos debe de conducir a juntar fuerzas. La organización social y juvenil es una voz desestimada e históricamente opacada, a lo cual nosotros como pueblo joven podemos y debemos aportar, de otro modo seriamos cómplices silenciosos del orden explotador y abusivo, por el cual estamos siendo gobernados.
Ser joven y no ser revolucionario es una gran contradicción, incluso biológica.
(Salvador Ayende)
Muchas y urgentes son las necesidades de nuestra partía, y similares también frente a las de toda América Latina (“La Patria Grande” como lo mencionaba Chávez citando al argentino Manuel Ugarte) además denigrantes y mal intencionadas, a lo cual los políticos responden con propuestas millonarias que terminan en papeles como proyectos hermosos, pero con financiamientos mágicamente transferidos a la cuenta corriente de los “dueños del país”.
¡Esto es un flagrante asesinato!
Por otro lado la gran pregunta siempre sigue abierta ¿Qué hacer? Las manifestaciones populares son una radiografía del consiente colectivo son un grito de auxilio popular, pidiendo conciencia, despertar. Los grandes ejemplos contemporáneos fueron las manifestaciones en Egipto de 2011 a 2013 en la plaza de Tahrir que llevaron a la disolución de la dictadura de Mubarak. El 15-M en España que fue un auténtico despertar social en la Plaza del Sol, puso en la mira internacional a movimientos políticos alternativos como PODEMOS. O las protestas de Hong Kong en 2014 lideradas por Joshua Wong que dieron paso a la agrupación política de izquierda Demositō. En efecto estos movimientos no fueron la solución absoluta a los muchos problemas sociales, pero si están siendo piedra en el zapato para las elites corruptas y son la prueba de que la naturaleza del cambio inicia con la organización popular.
“Los verdaderos lideres tienen que estar dispuestos a sacrificarlo todo, por la libertad de su pueblo”.
(Mandela)
 Ante el resurgimiento de la conciencia social en Guatemala, hace falta y siempre hará falta algo más. Por ahora nos urge una organización que responda a las necesidades sociales y políticas, con objetivos y metas, visiones cimentadas en socialismo, propuestas concretas, que respondan a las necesidades de “los más” y no a los de la elite minoritaria. Es tarea de la juventud inspirar a más compañeros y compañeras a unirse a la lucha social, que utiliza como único detonante el conocimiento y la conciencia, el respeto y la prosperidad, la intelectualidad contra la ignorancia.
Es necesario el encuentro fraterno y el dialogo abierto, para que a través de iniciativas como mesas de dialogo vecinal, por ejemplo, surjan los movimientos del mañana, no podemos seguir perdiendo el tiempo en estériles noticias sobre la vida de nuestros mandatarios y en amarillismo, no podemos seguir enfrascados en la egoísta conciencia de mi metro cuadrado, vivir sin ofrendar la vida misma es no haber vivido.
Si estas leyendo esto es porque también te mueve un mismo ideal, porque te indignan las mentiras de siempre, es porque estamos hartos de que nos llamen ignorantes y supongan que no entendemos de política, que no conocemos la historia, que no somos sujetos preponderantes capaces de pronunciarnos en pro de nuestros pueblos.
En la actualidad el acto más revolucionario es ser feliz, la manifestación más atrevida es hablar en busca de la verdad.
Por lo tanto, lanzo este escrito al mar de las opiniones, enrollado dentro de una botella de vidrio, para que alguien allá afuera lo lea y si siente afinidad compartamos la tarea de construir una utopía en 4 pasos:
1
Es de suma importancia fijar nuestra mirada objetivos específicos y trabajar diariamente por lograr estas pequeñas metas cotidianas que tienen a largo plazo un propósito mayor.
Desear que las estructuras empantanadas que nos gobiernan cambien de un tajo es complicado, porque sostienen un sistema que ha sido diseñado adrede para ser corruptamente solapado y mediar por intereses de los mismos poderosos de siempre. A esto debemos de responder con paciencia y optimismo, fijar nuestra mirada en esa utopía lejana, pero darnos cuenta también que para llegar es preciso trabajar en la “Topia” que es el lugar en donde actualmente nos encontramos.
2
No solo es necesario estar unidos en festejos o en situaciones de alegría, cuando las dificultades son un factor que afectan a muchos esto debe de unirnos.
En Guatemala estamos saliendo paulatinamente del estado de apatía social, de a pocos nos interesan más y más los asuntos del país, y es así como triunfara cualquier movimiento que pretenda generar un cambio sustentable. Solos no podemos vencer, es necesaria la fuerza de todos.
3
Podemos caer en el peligro de idealizar no solo a personas sino también a sucesos coyunturales, recordemos que la realidad es una constante, y la idea se puede perfeccionar.
Estar parados en la realidad y conocerla a profundidad nos ayuda a generar una base sólida de acción y nos evitará caer en totalitarismos represivos, nos ayudará a generar proyectos menos formales y más reales, nos ayudará a ser coherentes con las necesidades inmediatas y de esta forma arar el campo para las necesidades del futuro.   
4
Triste es ver como poco a poco la cultura de la globalización nos dicta como cuando y donde actuar, pensar y decidir. Es hora de fijarnos en nuestra parte, en la porción de tierra que se nos es confiada, vivimos en un país pobre, pero todos desean aparentar riqueza, vivimos en un país en donde predominan las culturas ancestrales, pero todos queremos aparentar ser extranjeros.
Identificarse con nuestra cultura es hacerla propia y defenderla es una obligación histórica. Esto nos hará actuar con justa valentía.
Basta ya de discriminaciones obsoletas y de tener la mirada en tendencias extranjeras que no se acomodan a nuestras necesidades.
No esperemos a las próximas elecciones, o al próximo fiasco político para poner en la mesa de debate el tema de la necesidad de un verdadero cambio político estructural, seamos siempre la piedra en el zapato de quienes nos quieren tener sumisos.
Seamos desobedientes.

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